Cada vez se ensaya menos y se produce más. El tiempo del que dispone el actor para prepararse en televisión, y muchas veces en cine, es muy limitado. Por lo que el actor necesita cada vez más un espacio en el que poder reflexionar y trabajar sereno, alejado del estrés o de la exigencia de un resultado.
Mi trabajo como coach de actores consiste en acompañar al actor en ese proceso. Partiendo del análisis de texto, para imaginar mejor el mundo con el que hay que colaborar, la deducción del carácter del personaje a partir de lo que está escrito, y la búsqueda, escena tras escena, de la acción que lleva a cabo.
Resulta muy difícil trabajar solo con algo tan delicado como nuestros materiales afectivos y muchas veces no somos conscientes de lo que se nos cuela expresivamente. El hecho de tener una mirada profesional afuera, permite que el actor se relaje y pueda ir a por más. Le permite ensayar solo (sin los actores que serán sus compañeros) y ponerse más específico con lo que imagina afuera.